Glorioso Pasado Historico de Camaguey - Raul D. Acosta Leon
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LA INVASION DE PINAR DEL RIO


El General Antonio Maceo que como dejamos dicho el 7 de Enero de 1896 se puso al frente de una de las dos columnas en que se habían dividido las fuerzas invasoras, al objeto de continuar el movimiento de avance hacia Pinar del Río, llegó a inmediaciones de Marianao, desde donde por la noche divisaron las luces de la Capital (La Habana); operación que realizó el Lugarteniente General, con el propósito de proteger la marcha de retroceso del General Gómez, pernoctando esa no che en "Maurín".

El día 8 la columna invasora en su marcha de avance hacia Pinar del Río, pasó por "Cangrejeras" y Punta Brava, llegando hasta las playas de Baracoa, donde fué informado el General Maceo de que "el enemigo se encontraba en los ingenios "Lucía" y "Palmarito", rompiendo el fuego contra la retaguardia, al cruzar ésta la línea férrea del primero de los citados ingenios, desarrollándose la acción hasta el batey de dicha finca; acción que no llegó a formalizarse en vista de las ventajosas posiciones que ocupaba la columna española.

El General Maceo se situó a inmediaciones del ingenio, en espera de que el enemigo avanzara, con el propósito de darle una "carga al machete", lo que se hizo de todo punto imposible, ya que éste no realizó demostración alguna en ese sentido.

Las bajas sufridas por las fuerzas invasoras fueron 11, correspondiendo 4 de ellas a los orientales y las 7 restantes a la Brigada del 4to. Cuerpo (Las Villas), al mando del Brigadier Juan Bruno Zayas, que cubría la "retaguardia", en tanto que el enemigo, según parte oficial dado por el Jefe de la columna española General Prats, sufrió 13; "causando 8 muertos vistos al enemigo, al que persiguió durante largo rato.

Las fuerzas invasoras acamparon en "Brigiel", lugar este correspondiente a la provincia de Pinar del Río.

El día 9, el General Maceo atravezó la carretera de Guanajay a Mariel, dando vista al Lazareto de ese nombre, haciendo alto por espacio de dos horas en el ingenio "Begoña" desde cuyo lugar intimó la rendición del fuerte "Pinillos", extratagema llevada a cabo con el propósito de realizar otra operación de mucha mayor importancia.

En seguimiento de las fuerzas cubanas marchó una columna española a las órdenes del General García Navarro, la que hubo de ser contenida por la retaguardia.

Al cerrar la noche y bajo un torrencial aguacero, emprendió marcha el contingente invasor en dirección al pueblo de Cabañas, puerto de mar, entrando la caballería al galope hasta llegar a la plaza de la Iglesia, barriendo con todos los obstáculos que encontraron a su paso.

Durante el ataque, que duró por espacio de unas dos horas, un crucero de guerra hizo varios disparos de cañón, procediéndose por los asaltantes a incendiar algunas casas del pueblo, por lo que la guarniciín pidió parlamento capitulando, haciendo entrega de 150 armamentos y 15,000 tiros. Los invasores acamparon en ese lugar.

Al día siguiente 10, la columna cubana se dirigió hacia San Diego de Núñez, con el determinado propósito de atacarlo, caso de oponer resistencia sus defensores, los que se rindieron sin disparar un solo tiro, haciendo entrega de 65 armamentos y 4.000 tiros; continuándose la marcha en dirección a Bahía Honda, en cuya población acamparon las fuerzas "insurrectas", ya que la guarnición había capitulado la noche anterior a una tropo destacada con el propósito de atacar ese pueblo, cuya guarnición hizo entrega de 150 armamentos y 6 mil cartuchos.

El día 11, después de un ligero tiroteo con una tropa española, que intentaba desembarcar en Bahía Honda, que se vió obligada a refugiarse en el buque que la conducía, el General Maceo siguió marcha hasta Las Pozas, cuyos habitantes recibieran a las fuerzas cubanas con muestras de viva simpatía.

El Alcalde del pueblo hizo entrega de 100 armamentos que tenía bajo su custodia.

En esta oportunidad tanto el General Maceo como gran parte de su Estado Mayor, tuvieron oportunidad de examinar el lugar por donde en 1851 desembarcara Narciso López.

Las fuerzas libertadoras pasaron esa noche en Las Pazas.

El día 12, después de proceder a la quema del muelle, así como algunos edificios contiguos al mismo, el General Maceo se encaminó hacia La Palma, a séase Consolación del Norte, con ánimo de atacar la plaza caso de no rendirse al ser intimada, los voluntarios que la defendían así hubieran procedido, impidiéndolo un refuerzo que les llegó.

El General hubo de desistir del ataque atendiendo a los ruegos de las familias más influyentes del lugar, que le pintaron con vivos colores el cuadro a que daría lugar el ataque y toma de la población, que contaba entre sus moradores numerosos elementos simpatizadores de la causa por la independencia de Cuba.

Esta noche la columna invasora acampó en lugar inmediato a La Palma.

El día 13, no sin provocar a la tropa española existente en lo población, la que ni siquiera intentó abandonar sus trincheras, las fuerzas libertadoras se dirigieron hacia "Laguna de Piedra", camino de Viñales, a fin de aproximarse a la ciudad de Pinar del Río, acampando en el citado lugar.

El día 14, tras una marcha tan penosísima como la anterior, llegó el contingente invasor a "Caiguanobo", sitio pintoresco, circunvalada de trincheras naturales. Los pacíficos moradores de este lugar habían sido robados por una partida de salteadores, quienes a la vez hicieron escarnio público en la Iglesia allí existente.

Pero capturados tres de ellos e identificados por las familias del caserío, fueron ahorcados por orden del General Maceo, en una de las soleras de la casa teatro de sus fechorías, sin que de nado valieron las súplicas y ruegos de las mujeres que pidieron gracia para los foragidos.

El día 15, las fuerzas cubanas abandonaron a "Caiguanabo", continuando su marcha de aproximación a Pinar del Río, atravesando por caminos que solamente los jinetes 'mambises" serían capaces de cruzarlos sin despeñarse; acampando como a las diez de la noche en Piloto, donde fueron recibidos con cariñosa hospitalidad.

El día 16 la columna invasora se movió hacia "Paso Viejo", a unos tres kilómetros de la ciudad de Pinar del Río, donde acampó. Los exploradores sostuvieron fuego con una sección de voluntarios, macheteando a 4 de ellos y dispersando a los restantes.

El día 17 el General Maceo abandonó a "Paso Viejo", circunvalando la ciudad de Pinar del Río, a medio kilómetro de la plaza, con banderas desplegadas y a los aires marciales del Himno Invasor, siéndole disparados 21 cañonazos, sin recibir daño alguno.

Durante se desarrollaban los anteriores hechos, una columna enemiga se situó en la calzada o carretera de "La Coloma" para acudir en auxilio de la Capital, amenazada por las fuerzas libertadoras, por la que el General Maceo se preparó para atacar a los españoles, siendo como las 11 de la mañana cuando ambas fuerzas chocaron, formalizándose la acción que resultó reñidísima y sangrienta.

Aunque la infantería española debidamente protegida se defendió con tesón, se vió en la necesidad de abandonar el campo ante las repetidas cargas de los jinetes "mambises" y mortífero fuego de los infantes cubanos, siendo a la vez puesto en dispersión el refuerzo llegado desde Pinar del Río, por la caballería de la retaguardia, a las órdenes del valiente e intrépido Brigadier Juan Bruno Zayas.

En esta acción, que duró unas dos horas y que resultó ser una de las más reñidas de la campaña pinareña, se cogieron 45 acémilas aperadas de un todo y si bien el enemigo pudo retirar sus heridos, en cambio se vió precisado a dejar abandonados algunos cadáveres.

El total de bajas sufridas por las fuerzas invasoras ascendieron a 61: 12 muertos y 49 heridos, figurando entre los primeros el Coronel Pedro Ramos, que cayera víctima de un balazo que recibió en ocasión de cargar al machete frente al Regimiento "Céspedes".

Por la noche fueron "saqueados" algunos establecimientos y destruído el puente de la carretera, acampando esa noche en "Las Taironas".

El día 18, al iniciar la marcha la columna invasora, las avanzadas que cubrían el campamento sostuvieron fuego con una fuerte columna enemiga, salida de la ciudad de Pinar del Río; formalizándose más tarde la acción, que fué librada con la retaguardia solamente.

La columna enemiga, fuerte de 3,000 hombres, iba al mando de los Generales García Navarro y Luque.

Los "insurrectos" tuvieron 6 bajas, acampando a las 5 de la tarde en "Tiraso", interín los "gringos" lo realizaban en San Luis, a dos leguas de distancia.

Al día siguiente, 19, en ocasión de proceder esa mañana las fuerzas invasoras retirar las guardias que cubrían el campamento con el propósito de iniciar una nueva jornada, se oyeron unos disparos por el camino de S. Luis, por lo que el General Maceo ordenó que la impedimenta y los heridos de las anteriores acciones prosiguieran la marcha, permaneciendo en el campo las fuerzas de retaguardia, contra las que el enemigo rompió el fuego poco después, en toda la extensión qu ocupaba la línea de batalla.

Aprovechando las márgenes de un río para situar en ellas 50 individuos de infantería, el General Maceo con su Estado Mayor y Escolta, procedió a llamar su atención por un flanco.

El fuego de fusilería durante tres cuartos de hora hecho por el enemigo, con algunos cañonazos, atronó el espacio y los proyectiles realizaron enorme destrozo en la arboleda contigua, resultando milagroso que tantas y nutridas descargas sólo ocasionaran 18 bajas a las fuerzas libertadoras.

El combate hubo de restablecerse por la tarde en las cercanías del ingenio "Guacamayo", retirándose el enemigo y acampando los "insurrectos" a las 8 de la noche en "Sábalo", alumbrados por la luz de los reflectores de un crucero de la marina de guerra española, a cuya vista fué incendiado el muelle de Bailén y saqueados los almacenes de depósito.

Al siguiente día 20, la columna invasora se puso en marcha, haciendo su entrada en Guanes, cuyo vecindario dispensó un entusioso recibimiento a las fuerzas libertadoras, echando a vuelo las campanas de la parroquia.

Por orden del General Maceo se abonaron algunos sueldos a los maestros de escuela, a los que el Gobierno español les adeudaba 18 mensualidades; confirmando a la vez en sus puestos a los funcionarios públicos, nombrándose Prefecto del Término al Alcalde Municipal, recogiéndose 25 armamentos y 300 tiros.

El día 21 lo pasó la columna invasora acampada en Guane, procediéndose por el General Maceo al despacho de diversos asuntos de carácter militar y administrativo, e interín las tropas descansaban de las penosísimas y largas jornadas realizadas durante la campaña.

El día 22 por la mañana se puso en marcha la columna invasora, realizando su entrada triunfal en Mantua, última población de la provincia de Pinar del Río, constituyendo, por tanto, el último baluarte de los fuerzas españolas en la parte occidental de la Isla.

Al Ejército Libertador se dispensó análogo recibimiento al realizado en Guane, procediéndose por el Lugarteniente en idéntica forma en cuanto a ser confirmados en sus puestos los funcionarios y empleados que mantenía el Gobierno Español, haciéndose a la vez efectivas algunas mensualidades a los maestros de Instrucción Pública con los fondos ocupados.

El día 23, con asistencia del General Maceo y numerosos miembros del Ejército Libertador, celebró sesión el Ayuntamiento con el determinado propósito de adherirse a los principios sustentados por la Revolución; adhesión llevada a cabo por los Concejales y empleados del Municipio, como así también las personas influyentes de la localidad, en su mayor parte de nacionalidad española.

En la noche de ese día se abrieron los salones del "Casino Español" dándose un baile en honor del General Maceo, y a cuyo acto asistieron las damas principales de la localidad, reemplazando al dosel que orlaba el retrato del Rey Alfonso XII, la lujosa bandera cubana del Cuartel General, que las patrióticas hijas del "Tínima" (Camagüey) enviaran al General Maceo por conducto del Marqués de Santa Lucía.

El acta de la sesión celebrada por el Ayuntamiento en ese día, fué redactada en los siguientes términos:

PEDRO SÁNCHEZ ESPINOSA, Secretario del Ayuntamiento de Mantua, CERTIFICO: que en el archivo de mi cargo custodio bajo mi responsabilidad el importante documento que a la letra dice:

"ACTA.—En el poblado de Mantua, a los 23 días del mes de Enero de mil ochocientos noventa y seis, reunidos en la sola de sesiones de la Casa Capitular los vecinos de más arraigo de la localidad, sin distinción de opiniones políticas, bajo la presidencia del señor Alcalde Municipal, estando presente en la sesión el Lugarteniente General y Jefe del Ejército Invasor, Antonio Maceo, acompañado del Jefe de Estado Mayor Brigadier José Miró y del Jefe de la primera Brigada de Las Villas, Juan Bruno Zayas, se hace constar:

PRIMERO: Que el pueblo de Mantua está al extremo occidental de la Isla, en la provincia de Pinar del Río.

SEGUNDO: Que el General Maceo con las fuerzas a sus órdenes ha ocupado la población y Término Municipal, habiendo sido respetadas los vidas y bienes de todas clases, guardando el orden público por sus tropas y dejando en el ejercicio de sus funciones a las autoridades y empleados que tenía colocados el gobierno español; y que vista el procedimiento del Ejército Libertador y de su Jefe, se adhieren a sus principios y fines, creyendo que redundará, no sólo en beneficio de esta comarca empobrecida de antes por las múltiples exacciones de que le hacen víctima, si que también del país entero que sufría el mismo mal tratamiento. Y representando los presentes las fuerzas vivas del territorio, en la propiedad inmueble, en la ganadería, en la industria, en el comercio, en las artes, en las profesiones, en el crédito y en la agricultura, firman con los antes mencionados y por ante mí el Secretario que certifico.—José Fors, ANTONIO MACEO, Martín Viladomat, Pbro.; el Jefe de Estado Mayor, José Miró; el Brigadier Juan B. Zayas; el Gobernador, Oscar A. Justiniani; el Auditor de Guerra, licenciado José Antonio Caíñas; Primer Teniente Alcalde, José Fernández; Simón Docal, Regidor del Ayuntamiento; Juez Municipal, Nicolás Reyes; Dr. S. Carbonell, Notario Público; D. Fors, Juez Municipal suplente; Santiago Muguruza, Profesor de Instrucción; Pedro Lozano, Secretario del Juzgado Municipal; Rafael Inglés, comerciante; Narciso Fontanella, Secretario de la Ayudantía de Marina; José Ruiz; G. Nonell, Juan Ocariz, Manuel Rego, Fidel Pedraja, José Granda, Braulio V. Blanco, Antonio Menéndez, Manuel Quintana, Jaime Vives, José H. Peláez; el Secretario del Ayuntamiento, Pedro Sánchez.

"Y a petición del Brigadier Jefe del Estado Mayor, señor José Miró, expido la presente con el visto bueno del señor Presidente, en Mantua, a veinte y tres de Enero de mil novecientos noventa y seis.—Pedro Sánchez.—Vto. Bno. el Presidente, Fors.


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