I N T R O D U C C I O N
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No fué hasta el año de 1868 en que se desarrollara con mayor intensidad el espíritu de rebeldía entre los camagüeyanos, siendo de advertir que toda demostración de desafecto a la Corona de España realizada con anterioridad hubo de ser castigada con mano dura.
Entre esas demostraciones son de citarse la de José Antonio Aponte en 1818, siendo Gobernador General de la Isla de Cuba, Salvador de Muro y Salazar, Marqués de Someruelos. Como consecuencia de ese movimiento —al que se quiso dar carácter "racista"— fueron muertos Aponte y ocho compañeros.
Este movimiento solamente hubo de manifestarse en Camagüey, Holguín, Bayamo y La Habana, donde hubo de ser incendiado el ingenio "Peñas Altas".
El 14 de Agosto de 1823, el Capitán General de la Isla, Francisco Dionisio Vives, denunció al Gobierno de Madrid, el haber sido descubierta una conspiración relacionada con la independencia en la ciudad de Puerto Príncipe, sin otras consecuencias que varias detenciones por sospechas.
En la madrugada del día 20 de Enero de 1826, fueron detenidos en el ingenio "Las Cuavas", situado en las inmediaciones de la ciudad de Puerto Príncipe (hoy Camagüey), FRANCISCO AGUERO VELAZCO y MANUEL ANDRES SANCHEZ PEREZ, los que fueron juzgados por "infidelidad a la madre patria" y siendo condenados a muerte, los ahorcaron entre ocho y nueve de la mañana, del día 16 de Marzo de ese mismo año, en la Plaza de Armas —hoy Parque de Agramonte—existiendo una tarja en ese lugar como única constancia de la ejecución de las dos primeras víctimas sacrificadas en Camagüey en holocausto de la Libertad!
En el año de 1849 se fundó en esta ciudad la "Sociedad "Libertadora", y a fines de 1850, el Gobernador Lamery ordenó la conducción al Morro (Habana), para más luego ser trasladados a España, a varios camagüeyanos, entre los que figuraban Salvador Cisneros Betancourt y Serapio Recio.
En 1851 —veinte y cinco años después de la muerte de "Frasquito"— hubo de sublevarse con un grupo de amigos, Joaquín Agüero; y al ser atacados por fuerzas muy superiores, se dispersaron, siendo muertos en la acción el doctor Francisco Torres, Mariano Benavides y el poeta Francisco Perdomo.
Denunciados más tarde por un traidor, fueron detenidos el propio Joaquín Agüero y Agüero, José Tomás Betancourt y Zayas, Fernando de Zayas Cisneros y Miguel Benavides Pardo, siendo juzgados y sentenciados a muerte, fueron fusilados en la sabana de Méndez, a la terminación de la Vigía, calle que hoy lleva el nombre de Avenida de los Mártires, como recuerdo a la memoria de esos cuatro patriotas, y en cuyo lugar se ha erigido un obelisco como señal del sitio donde recibieron la muerte el 12 de Agosto del propio año de 1851. (1).
—(1)—En 1853, no habían transcurrido apenas dos años de la ejecución de dichos patriotas, el Alcalde de Puerto Príncipe, don José Antonio de Miranda y Bozo, aprovechando que el Ayuntamiento había acordado la construcción de la Plaza de Armas —hoy Parque Agramonte— solicitó de su hermano Agustín, de los mismos apellidos, cuatro palmas que mandó a sembrar en dicho lugar, en recuerdo a la memoria de aquellos cuatro héroes.
La palma sembrada frente a la Sociedad Filarmónica —hoy "Liceo"— representaba a Joaquín Agüero, estando al cuidado del propio Alcalde.
La situada frente a la torre de la Iglesia Mayor —hoy Catedral simbolizaba a Fernando de Zayas, siendo atendida por don Ramón Castillo Betancourt.
La que se encontraba al otro extremo de dicho templo, por la calle de Candelaria —hoy Independencia— que recordaba a Miguel Benavides, estaba a cargo del licenciado en Farmacia, don Miguel Xiques; y
La cuarta, plantada en el ángulo que forman las calles de Independencia y San Diego —hoy Martí— evocadora de lo memoria de Tomás Betancourt, estaba al cuidado del comerciante español, don Feliciano Vilató.
Al estallar la guerra de 1868, habiendo trascendido al público la leyenda y el simbolismo de las cuatro palmas, los "integristas" pusieron en juego toda su influencia a fin de conseguir el que fueran derribadas, lo que fué evitado debido a la intervención del licenciado Manuel de Monteverde y el Dr. Francisco García de la Linde, quienes obtuvieron del Capitán Gral. la orden prohibitiva de la desaparición de dichas palmas.
Al ser reformado dicho parque en 1935, por el Capitán del Ejército Nacional, señor José Pérez García, en funciones de Alcalde Municipal, desapareció todo cuanto existía de dichas palmas.
Y recientemente, en 1949, desempeñando el cargo de Alcalde Municipal de Camagüey, el señor Francisco Arredondo Morando, las dichas palmas han sido sustituidas por otras, consignándose en una placa de bronce, el nombre de coda uno de los patriotas a quienes representan.
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Al pronunciamiento de Oriente en el ingenio "La Demajagua", el día 10 de Octubre de 1868, siguió el de Camagüey en "Las Clavellinas", el día 4 de Noviembre de ese mismo año.
La jefatura de los sublevados en "Las Clavellinas", cuyo número se hacía ascender a noventa y tres, fué asumida por Jerónimo Boza Agramonte, designando Lugartenientes de los siete grupos en que fueron divididos, a Ignacio Mora, Manuel Boza, Martín Loynaz, José Recio Betancourt, Eduardo Agramonte Piña, Francisco Arteaga y Manuel Agramonte.
En esa misma fecha, 4 de Noviembre de 1868, la guarnición de Guáimaro, compuesta de un Teniente y treinta soldados de caballería, se rindió a los hermanos Napoleón y Augusto Arango.
Recibida en Puerto Príncipe el día 5 del expresado mes de Noviembre, la orden de detención contra Salvador Cisneros Betancourt, éste logró sustraerse a la misma, incorporándose a los revolucionarios, habiendo recibido su "bautizo de sangre" en Bonilla, el día 27 de ese mismo mes.
El día 27 de Diciembre de ese mismo año, desembarcó por la Guanajo, al mando de una expedición conducida en la goleta inglesa "Calvanie", Manuel de Quesada Agramonte, quien una vez en tierra lanzó la siguiente proclama:
—"Tres siglos de cadenas y de oprobios no han bastado a haceros esclavos de los tiranos. Al grito de ¡Libertad! ningún cubano ha permanecido indiferente. Nuestros campos, inundados de patriotas, han sido bautizados con la sangre de nuestros hermanos.
"Doce años de guerra contra la injusticia y la tiranía me autorizan con los honores de ciudadano General del Ejército Mexicano; y pródigo siempre en ofrecer mi sangre a la patria, os traigo con mi espada, elementos suficientes para derrocar con los vuestros, ese trono tiránico, origen de nuestra servidumbre y al que hasta hoy habéis estado vinculado.
"Nuestra guerra no es contra los españoles, sino contra su gobierno despótico. La bandera de la libertad no desconoce ninguna nacionalidad: a su sombra encontrarán protección los intereses y los hombres de todas las naciones. Sus amigos son nuestros amigos, sus enemigos, los enemigos de la patria.
"Nuestro lema es UNION E INDEPENDENCIA. Con unión seremos fuertes. Con unión seremos invencibles. Con unión seremos libres.
¡Viva la América Libre! . . . . . .
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El Gobierno provisional de Camagüey estaba integrado por un Comité Revolucionario compuesto por Salvador Cisneros Betancourt, Ignacio Agramonte Loynaz y Eduardo Agramonte Piña: Comité éste que habiendo resignado sus poderes, fué sustituído por la Asamblea del Centro, formada por Salvador Cisneros Betancourt, Ignacio Agramonte Loynaz, Eduardo Agramonte Piña, Antonio Zambrana Vázquez y Francisco Sánchez Betancourt, la que inauguró sus actos de gobierno el día 26 de Febrero de 1869, aboliendo la esclavitud por medio del siguiente Decreto:
—"La institución de la esclavitud, traída a Cuba por la dominación española, debe extinguirse con ella.
"La Asamblea de Representantes del Centro, teniendo en consideración los principios de eterna justicia, en nombre de la libertad y del pueblo que representa, decreta:
"Primero: Queda abolida la esclavitud.
"Segundo: Oportunamente serán indemnizados los dueños de los que hasta hoy hayan sido esclavos.
"Tercero: Contribuirán con sus esfuerzos a la independencia de Cubo, todos los individuos que por virtud de este Decreto le deben la libertad.
"Cuarto: Para este efecto, los que sean considerados aptos y necesarios para el servicio militar, engrosarán nuestras filas, gozando del mismo haber y de las mismas consideraciones que los demás soldados del Ejército Libertador.
"Quinto: Los que no lo sean continuarán, mientras dure esta guerra, dedicados a los mismos trabajos que hoy desempeñan, poro conservar en producción las propiedades y subvenir al sustento de los que ofrecen su sangre por la libertad común; obligación que corresponde de la misma manera a todos los ciudadanos hoy libres, exentos del servicio militar, cualesquiera que sea su raza.
"Sexto: Un Reglamento especial prescribirá los detalles del cumplimiento de este Decreto".