Glorioso Pasado Historico de Camaguey - Raul D. Acosta Leon
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PROMESA DE CAPITULACION Y LICENCIAMIENTO
DEL TERCER CUERPO


Daremos término a este "Glorioso pasado histórico de Camagüey", con la relación de dos hechos que tuvieron por escenario esta provincia y que se han mantenido ignorados para la generalidad de los cubanos.

Se contrae el primero a la proposición de los "leales" de hacer entrega a los "rebeldes" de territorio por ellos ocupado, mediante determinada concesión y el segundo a lo que se debió el que las fuerzas del 3er. Cuerpo del Ejército Libertador fueran licenciadas cuando en las otras provincias se mantenían debidamente organizadas.

En lo que respecta a la promesa de "capitulación", de ella conoció el Consejo de Gobierno en ocasión de encontrarse acampado en "La Viuda" (Camagüey) el día 25 de Julio de 1898, donde fué visitado por los señores Federico Castellanos Arteaga y Arturo Roca Silveira, quienes en representación del señor Juan Salcedo Mantilla de los Ríos, Teniente General del Ejército Español y Jefe de las fuerzas destacadas en la provincia de Camagüey y Holguín, hicieron conocer el propósito que animaba a aquél de evacuar el territorio ocupado por dichas tropas, interesando el nombramiento de uno Comisión con facilidades bastantes para tratar del particular.

Aunque los comisionados en cuestión no eran portadores de documento alguno que acreditara su personalidad, el Consejo de Gobierno no hubo de poner en dudas el carácter que se atribuían dichos señores, por lo que no tuvo inconveniente en proceder al nombramiento de uno Comisión, integrada por el Coronel Manuel M. Coronado Piloña y el Teniente Coronel Octavio Giberga Galí, presidida por el General de Brigada Fernando Freyre de Andrade, para que en representación del Gobierno de la República pactaran sobre la evacuación de territorio en la provincia de Camagüey, confiriéndole, entre otras, las siguientes facultades y condiciones:

PRIMERA.—Podrán oír y discutir toda clase de proposicisnes encaminadas a ese exclusivo fin, celebrando cuantas conferencias fueren necesarias en los lugares que se convengan.

SEGUNDA.—Habría de pactarse necesariamente la evacuación de las ciudades de Puerto Príncipe y Nuevitas, comprendiendo el puerto, línea férrea y sus obras de defensa.

TERCERA.—Las fuerzas que evacuarían dichos lugares y cualesquier otro que se comprendiera en la capitulación, habrían de trasladarse necesariamente a algún punto de la línea militar enemiga de Júcaro a Morón, pudiendo sólo concentrarse para emprender marcha en Puerto Príncipe o en el puerto de Nuevitas.

CUARTA.—La evacuación de cada una de dichas ciudades habría de ser total, pudiendo quedar en ellas, sin embargo, los individuos de voluntarios y los pertenecientes a otras fuerzas irregulares, con tal de que quedaran desarmadas y sus Cuerpos disueltos.

QUINTA.—Las fuerzas y el Gobierno cubano se comprometerían en la capitulación a respetar las vidas y haciendas de todas las personas que se quedaren en dichos pueblos, las que solamente podrían ser perseguidas por hechos constitutivos de delitos realizados con posterioridad al momento en que se pactara la capitulación.

SEXTA.—Las fuerzas cubanas no hostilizarían ni pondrían obstáculo alguno al tránsito de la columna mientras ésta cumpla los términos estipulados.

SEPTIMA.—La Comisión debería recibir e incautarse de todos los archivos, registros públicos y bienes del Estado, de la Provincia y del Municipio, así como de las armas, pertrechos, obras de defensa, hospitales, cuarteles, etc., que dejare el enemigo en su retirada.

OCTAVA.—Además de las facultades a que se hace referencia en el número primero, la Comisión podrá redactar y firmar todos los documentos que fueren necesarios para llevar a cumplido efecto la capitulación.

NOVENA.—La Comisión podrá dictar, con carácter puramente transitorio, las medidas que estimare necesarias para la conservación del orden.

Décima.—La Comisión debería a la mayor brevedad dar cuenta al Consejo de Gobierno del desempeño de su cometido.

A fin de que la Comisión pudiera dar cumplimiento a su cometido, fué provista de la correspondiente credencial, que acreditaba su personalidad.

Para la adopción de tal acuerdo, el Consejo de Gobierno tuvo en cuento, entro otras, las siguientes consideraciones:

Primera.—Que la evacuación de las ciudades de Puerto Príncipe y Nuevitas, única de importancia ocupadas por el enemigo dentro del3er. Cuerpo y base exclusiva de sus operaciones en un vastísimo y poblado territorio, resultaba de trascendental importancia en aquellos momentos, no solo bajo el punto de vista estratégico y militar, sino también bajo el punto de vista político, pues significaba la evacuación de una provincia entera que quedaría bajo el régimen y gobierno exclusivo de las autoridades de la Revolución.

Segunda.—Que una de las razones que movían al Consejo de Gobierno para tomar en consideración los deseos del enemigo, era la manifiesta debilidad en que accidentalmente se encontraban los fuerzas del 3er. Cuerpo para impedir o dificultar seriamente el cruce de las tropas españolas hacia Occidente, ya que en su mayor parte se encontraban operando por la región oriental, era necesario aceptar lo inevitable, obteniendo las mayores ventajas posibles del enemigo.

Los comisionados salieron de "La viuda" en la mañana del siguiente día 26, reuniéndose como a las doce meridiano en "Los Güiros de Artola" con los señores Federico Castellanos y Arturo Roca, continuando todos unidos hasta "La Laguna del Junco", donde pernoctaron esa noche, continuando la marcha como a las siete de la mañana del siguiente día 27, haciendo alto en "La Fundición", —a unos tres cuartos de legua de la ciudad—, donde hubieron de separarse los señores Castellanos y Roca, que regresaron como a las dos y media de la tarde, acompañados del Teniente Coronel Bayo y del Comandante Guaxardo, ambos del Ejército Español, designando el primero como emisario especial y el segundo como Ayudante del Teniente General Salcedo, con instrucciones de dicho Jefe encaminadas a determinar el tiempo y lugar para celebrar la entrevista, acordándose ésta se celebrara a las siete de esa misma noche y en la quinta de recreo denominada "La Empresa", de la propiedad del señor Castellanos y situada al extremo del barrio de La Vigía.

Tanto los miembros de la Comisión como los emisarios del Jefe español se trasladaron oportunamente a la quinta indicada, donde además del General Salcedo se encontraban el General Emilio March y el Gobernador Civil, señor Vasallo, aunque éste sin voz ni voto.

—"Para exponer el objeto de su iniciativa cerca del Gobierno de la República de Cuba —consignan los comisionados en la información rendida al Consejo de Gobierno—, hizo uso de la palabra el Teniente General Salcedo, manifestando, con la conformidad expresada reiteradamente del General March que, según instrucciones del Capitán General Blanco, deseaba conducir las tropas españolas estacionadas en Nuevitas y Puerto Príncipe al auxilio de las que se encontraban en Holguín, y una vez reunidas, trasladarse con todas ellas hasta la Trocha de Júcaro a Morón, evacuando todo el territorio que hoy ocupa hasta Oriente de la expresada línea militar, incluso el pueblo de Santa Cruz del Sur, paro cuyas operaciones le importaba obtener y pedía la seguridad de no ser hostilizado por el Ejército Cubano; en cambio de lo cual ofrecía a la República como ventaja de un valor político, a su entender muy importante, la posesión de los pueblos evacuados, que el Gobierno Cubano adquiriría por consecuencia del simple hecho de evacuación y cuantas concesiones de otras clases, que no determinó, pudiera el Gobierno Español otorgar por su conducto, en concepto de compensación, como resultados de las pretensiones que la Comisión dedujese en aquel acto y del arreglo que en definitiva motivasen".

—"El Presidente de la Comisión expuso que por ser limitados los poderes conferidos a la misma y no comprenderse en ellos lo facultad de contraer compromisos ni obligación alguna relativa a las fuerzas enemigas residentes en Holguín, era imposible todo convenio en cuanto a éstas. Y habiendo declarado el Teniente General Salcedo ser precisa condición para la estipulación de cualquier pacto el extenderlo a las tropas españolas que allí existan, por razón de lo cual se hizo evidente para todos la imposibilidad de llegar a común inteligencia sin consulta y decisión del Consejo de Gobierno".

Y acordado por el Consejo de Gobierno en sesión celebrada el día 28 sostener su anterior criterio en el asunto y, en consecuencia, comunicarlo así a la otra porte interesada en estas negociaciones, por mediación del Presidente de la Comisión y en forma escrita, la negativa del Consejo a concluir ni gestionar "pacto que implique en lo más mínimo disposición o alcance favorable a la suerte de las fuerzas españolas, radicadas en Holguín"; y de allí que el General Freyre de Andrade dirigiera la correspondiente comunicación al Teniente General Salcedo, por conducto del Capitán del Ejército Libertador Arturo Primelles Agramonte, dándole a conocer lo acordado por el Consejo de Gobierno, que ponía término a toda actuación en lo tocante a la proyectada capitulación.

Siendo informados por el Teniente Honorio Herrera Sifontes, Ayudante-Secretario del ex-Presidente de la República, Salvador Cisneros Betancourt, (Marqués de Santa Lucía), de que el venerable patriota había concurrido a la entrevista celebrada con el Teniente General Salcedo, aunque sin ostentar representación oficial, nos ha causado gran extrañeza el que no se haya consignado en parte alguna el nombre de tan insigne patriota.

Habiendo dado origen a diversos y variados comentarios la entrada y licenciamiento de las fuerzas del 3er. Cuerpo el día 30 de Noviembre de 1898, en tanto que en otras provincias se mantenían debidamente organizadas, consideramos que nadie más autorizado que el Comandante Luis Mariano Silva y Zayas, para informarnos a ese respecto, tanto por su condición de Ayudante del General Lope Recio Loynaz, como por los lazos de parentezco que le unían al mismo.

Y el Comandante Silva nos dice alégrase de que le permitamos aclarar ese extremo, ya que "los no camagüeyanos trataron en aquellos días, desde La Habana, de censurar la entrado en esa fecha", y a renglón seguido nos informa de que ello se debió a una orden del General Carpenter, del Ejército Norteamericano, al mando de la provincia, orden que hubo de ser cumplimentada por el General Recio atendiendo a las instrucciones que pocos días antes le habían sido trasmitidas por el General Gómez desde "Santa Teresa" por medio de la comunicación de que nos remite copia el Comandante Silva y que transcribimos a continuación:



"General de División Lope Recio Loynaz.
Jefe accidental del 3er. Cuerpo.

"Santa Teresa, Agosto 8 de 1898.

G e n e r a l :

Este Cuartel General comunica a usted, que en virtud de haber sido aceptada la renuncia presentada por el Mayor General Calixto García, de la Jefatura del Departamento Oriental, se entienda con este Centro en los asuntos de guerra; pero como no es posible que se ocupe directamente esta Jefatura de la campaña de Oriente, si bien le indica que debe permanecer a la defensiva, le ordena que obedezca siempre los mandatos del General en Jefe del Ejército Norteamericano y las de sus Generales, que son los que ahora dirigen las operaciones de ese Departamento, consiguiendo así gloria y prestigio para nuestros armas, y acreditando su corrección y patriotismo en los momentos en que se aseguró nuestro triunfo por el concurso de la Nación Norteamericana.

De usted con toda consideración.

El General en Jefe:
(f.) M. GOMEZ.




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